Tuesday, February 14, 2006

La Periodontología en México, de los monólogos a los diálogos

La Periodontología en México
De los monólogos de la encía
A los diálogos del periodonto

Por Agustín Zerón*

En conmemoración al
XL Aniversario de la A.M.P.
XXV Reunión Nacional y
XIV Congreso Internacional

Corrían los años 70s cuando en nuestro país se generaban cambios en el quehacer académico obedeciendo a las necesidades de ofrecer educación superior a miles de mexicanos provenientes de todo el país y que aspiraban entrar a la máxima casa de estudios en la entonces Escuela Nacional de Odontología. La Universidad Nacional Autónoma de México en un afán de descentralización educativa homologó carreras profesionales para impartirse fuera de la tradicional Ciudad Universitaria. Fue cuando surgieron las “ENEPs” y otra cantidad de Universidades que ofrecieron también la carrera de Odontología con nombres diferentes en el titulo profesional pero con perfiles similares en la formación profesional. La UNITEC (Cirujano Dentista), la Universidad Intercontinental (Lic. En Odontología), la UAM (Lic. En Estomatología) en la zona metropolitana, etc. y una decena más de escuelas en diversos estados de la República Mexicana.

DEL PARODONTAURO A LA ERA PERIODONTOZOICA (Del parodoncista al periodoncista)

Fue en 1975 cuando tuve mi primer contacto con la “PARODONCIA”, y fue nada más y nada menos que con el Dr. Rafael Lozano Orozco, entonces coordinador de la carrera en la flamante ENEP Iztacala (hoy Facultad de Estudios Superiores). El Dr. Rafael Lozano Orozco, quien fuera un promotor del “legrado parodontal” pero aún más, el primer presidente y fundador de la ASOCIACIÓN MEXICANA DE PARODONCIA A.C. fundada en 1964 (con acta constitutiva), y fundador del primer curso de “parodoncia” a nivel de postgrado en la U.N.A.M. donde han egresado más de una centena de especialistas seguidos por la U.A.N.L.

En ese entonces se preconizaba realizar “curetajes abiertos” (con colgajos como los de R. Neumann y a veces como los de L. Widman) y “darle duro al sarro” o “pelar dientes” con el CK-6. Cortar encías cuidadosamente guiados con las pinzas marcadoras que preconizaron en 1939 A.B. Crane y H. Kaplan y las gingivoplastias como las que propusiera Henry M. Golman (1911-1991). Colocar apósitos quirúrgicos como el famoso “Wondr-pak” de Abraham W. Ward (1880-1973) o el reforzado apósito con fibras de asbesto de Olin Kirkland (1876-1969).

Prescribir “oxigenantes” como colutorios y usar limpia-pipas para suplir los casi inexistentes proxa-brush que eran armamentario obligado para el paciente operado. Y la costumbre de citar al paciente cada seis meses nos limitaba a ver como los dientes volvían a estar otra vez más sucios y las encías nuevamente inflamadas disminuyendo así las esperanzas de vida de los dientes. En ese entonces Leonard Hirschfeld y Bernard Wasserman presentaban los resultados y seguimiento de los tratamientos realizados 15 a 53 años atrás. Muchos de los casos habían sido tratados con terapia periodontal no quirúrgica por un líder de esa época: Isador Hirschfeld (1882-1965).

En esos tiempos la mayoría de los especialistas ya incluían el raspado y curetaje como armamentario terapéutico Vs. el acceso quirúrgico que de manera invasiva removían “hueso infectado o tejido necrótico” no obstante las advertencias de R. Kronfeld que con su artículo de 1935 es un de los hitos en la corriente conservadora. Los colegas que preferían hacer cirugía más innovadora realizaban un coágulo óseo como el propuesto por R. E. Robinson en 1969.

Otro hito de esta era y que daría nuevos causes a la investigación científica es el trabajo de H. Löe de 1965 con su modelo conocido como “Gingivitis experimental” donde primero se establece la salud periodontal en humanos mediante limpieza y medidas rigurosas de higiene oral, seguido por una abstinencia de higiene durante 21 días. Hoy sabemos por S. Socransky (1977) que a partir de ocho horas sin higiene oral es posible encontrar bacterias en concentraciones de 103 a 10 4 por mm2 de la superficie dentaria. En las siguientes veinticuatro horas el número de bacterias crecen exponencialmente en un factor de 100 a 1,000. Aproximadamente 6,000 millones de microbios de medio millar de especies diferentes tratan constantemente de penetrar en las encías de un paciente y atacar al soporte de los dientes… y nadie hace nada.

Poco después vino la clorhexidina introducida en Europa a finales de los años sesentas y aceptada por la FDA y la ADA como agente terapéutico hasta 1984 en los Estados Unidos.

La década de los años ochenta se enmarca con cifras provenientes de estudios epidemiológicos en diversos grupos poblacionales, pero de mayor forma los resultados comparativos de diferentes modalidades quirúrgicas y procedimientos no quirúrgicos evaluados en estudios longitudinales a largo plazo como los de S.P. Ramfjord de la Universidad de Michigan o los de I. Lindhe de la Universidad de Gotënburg que tratan de evidenciar de manera científica a través de análisis estadísticos, los resultados clínicos de las diferentes modalidades de tratamiento de la enfermedad periodontal.

Desde los años veintes se habían venido acompañando las enseñanzas de la periodoncia en conceptos etiológicos locales y generales de la enfermedad periodontal pero es en los años ochenta donde se obtiene una mayor comprensión de la respuesta de huésped ante una interacción de microorganismos específicos que viven en biofilms desde donde transmiten sus factores de virulencia.

En ese entonces ya no bastaba con abrir o cortar encías, en el limpiar raíces no se conformaba con eliminar cálculos, sino que las bases biológicas de la terapia periodontal ya contemplaban también la eliminación de endotoxinas provenientes de las paredes celulares de bacterias gram negativas que colonizaban el espacio subgingival o lo que es más; crear condiciones en la superficie radicular afectada por periodontitis para buscar una nueva inserción conectiva. El ENAP (exicisional new attachment procedure) de R. Yukna (1976) o el colgajo de Widman modificado por Ramfjord y Nissle (1974) son ejemplos representativos de la visión clínica de esos tiempos que a finales de los años ochenta no lograron demostrar con evidencia histológicas sus objetivos. EL acido cítrico, la fibronectina, la tetraciclina, son solo algunos de los muchos intentos de modificar la superficie radicular para lograr una nueva inserción.

La cirugía para nueva inserción fue por tanto solo una la adaptación de fibras colágenas y un epitelio de unión sobre una superficie radicular donde no se había formado nuevo cemento, y por lo tanto solo el efecto cicatrizal de los tejidos, que al reducir la profundidad de una bolsa periodontal aumentaban los horizontes para buscar el eslabón perdido para una regeneración no espontánea.

Pero en México no solo sufríamos por la dificultad para encontrar materiales o insumos, sino que también sufríamos por la escasa asistencia de público (léase dentistas) en las conferencias sobre estos, y otros interesantes temas que eran verdaderamente de actualidad. Algo sui generis era ver que en los congresos nacionales de la A.D.M. en esa época en la Unidad de Congresos del Centro Médico del IMSS, el auditorio más pequeño siempre era asignado a “Parodoncia”, y no se llenaba. En las sesiones mensuales de la entonces Asociación Mexicana de Parodoncia asistían unos cuantos colegas, y el grupo que fungíamos como mesa directiva; Pepe Ramírez Corte, Nora Méndez, Alejandro González Blanco y Sergio Sánchez Cordero decidimos involucrarnos en una cruzada para analizar el estado que guardaba la periodoncia con el contexto nacional.

LA PERIOSTROIKA

Era inminente que se aproximaba el final de un siglo XX, parecía que el mundo giraba más vertiginosamente en espera del tercer milenio, y los hechos lo constataban. Ya se había visto como se entibiaba una guerra fría, se demolían muros de piedra y se levantaban cortinas de hierro al igual que se removían monumentos de plazas rojas. Eran las señales que el mundo se preparaba para el cambio. Se iniciaba también la era de la PERIOSTROIKA.

La odontología al igual, se percibía que el futuro estaba cada día más cerca y que las evidencias deberían ser nuestro mejor aliado para enfrentar la resistencia del cambio. Los cambios en la odontología basados en la evidencia, sobre todo por las evidencias científicas que exigen urgentes cambios en los programas curricularres.

Fue hasta 1988 cuando logramos realizar un trabajo de investigación bajo encuestas de opinión para sondear primeramente lo que en realidad sabía el público general (los pacientes) sobre enfermedades de encías. Y una segunda parte del estudio se enfocó a la evaluación del odontólogo sobre los principios y bases para diagnosticar y tratar problemas periodontales. Los resultados fueron por más desalentadores ya que se correlacionaban con el poco interés por la salud periodontal; el paciente no sabía nada sobre enfermedad periodontal, el dentista tampoco.

El 83% de la población encuestada no se creía enfermo cuando las tendencias epidemiológicas denotan que 9 de cada 10 mexicanos padecen algún grado de enfermedades periodontales. Ningún paciente refería que el cambio de color de la encía era una manifestación de enfermedad, solo unos cuantos afirmaron que el sangrado abundante podía estar relacionado a la presencia de enfermedad.

Los dentistas no reconocieron que la placa bacteriana era la principal causa de caries y gingivitis, sabían que existía enfermedad periodontal solo cuando encontraban en sus pacientes movilidad dental y abscesos recurrentes. Y en su examen bucal de rutina solo usaban: espejo, explorador, pinzas y excavador (1X4). Menos de la mitad mencionó emplear el estudio radiográfico en el examen bucal de rutina, y muy pocos hacen referencia de usar una sonda periodontal en todos sus pacientes. Es decir, el dentista común deja de diagnosticar de rutina lesiones periodontales incipientes, debido a que en la mayoría de las escuela del país solo les enseñan a revisar al paciente con “1X4” y a lo mucho les dan un triste semestre parodoncia. ¿Parodoncia para que? Dicen.

Es por eso y a manera de un lamentable silogismo encontrarnos que entre más avanzada es la enfermedad periodontal, más fácilmente la detecta el paciente, y el dentista también.

Con el afán de continuar analizando el problema realizamos una interesante dinámica dentro de los mismos congresos de la A.D.M. (obviamente en uno de los auditorios pequeños) que titulamos: “Quien es el culpable de la enfermedad periodontal: el paciente, la placa o el dentista” para lo cual cada uno de nosotros actuaríamos como defensor de uno de los personajes, pero como fiscal de los otros dos, y el público actuaría como jurado. Cada personaje expuso sus más francos argumentos en cuanto a la evidencia existente para el inicio y progresión de una lesión periodontal donde subrayamos estos los siguientes:

“La placa son microorganismos que crecen donde el medio es propicio para su desarrollo”
“Los pacientes no se limpian bien los dientes y solo acuden cuando hay molestias”
“Los dentistas no detectan oportunamente y no informan ni enseñan adecuadamente a sus pacientes”

Al final de la ronda inquisidora el jurado (los odontólogos asistentes) deliberó y declaró como principal responsable del deterioro continuo, del daño progresivo y de la resultante pérdida de dientes a: EL DENTISTA… Guilty!

Pero no bastó con acusar y sentenciar a un culpable, ya era inminente la necesidad de alertar al gremio que algo grave estaba ocurriendo y que sería el momento de realizar un análisis más profundo para concretar los principios de un cambio.

El cambio no se refiere a una nueva imagen como quien cambia de ropaje, si no un cambio más de fondo, un cambio de actitud y una nueva visión sobre el tipo de práctica profesional que demanda nuestra inteligencia. Un cambio en el perfil del egresado que denota la aptitud y ética de un medico oral, un verdadero doctor.

Fue así como salimos de las facetas evolutivas del sacamuelas, a los tapaduelas, a los dentistas que solo ven dientes, y hasta llegar a los odontólogos que ven sistemas estomatognáticos, y a los especialistas periodontólogos que ven en la periodontología a una verdadera ciencia.

Así la Asociación Mexicana de Parodoncia A.C. en 1989 cerró un capítulo en su historia para dar paso a la Asociación Mexicana de Periodontología A.C, con una visión más nacionalista, incorporando ahora a los grupos de especialistas más importantes de los estados de la república mexicana.


LA PERIODONTOLOGÍA CONTEMPORÁNEA (La Era del periodontólogo)

A 40 años de la fundación de la primera A.M.P. hoy Asociación Mexicana de Periodontología, es ya un Colegio de Periodontólogos con una verdadera visión global, donde nos vemos inmersos en nuevas tecnologías y nuevos conceptos en la biología molecular, recientes hallazgos en la ingeniería tisular, apasionantes reencuentros con nuestro origen mitocondrial, y sobre todo, una fresca visión en nuestra responsabilidad profesional y académica.

La definición de los fenotipos celulares, la identificación de genotipos de susceptibilidad del huésped y de virulencia microbiana, al igual que la conceptualización de los biotipos periodontales y el amplio reconocimiento de las capacidades de proliferación que mantienen las células que conforman el periodonto, nos permitieron iniciar una nueva era en la periodontología contemporánea, sin ser casualidad que se desarrolle justamente en esta época postgenómica.

La regeneración de tejidos ha sido uno de los focos de atención en la terapia periodontal. La regeneración es por tanto la oportunidad de restituir lo perdido, no solo por colocar materiales inertes o pasivos en un defecto óseo, sino crear un nuevo paradigma para la regeneración celular activa basada en los principios de la biología celular y molecular.

Primeramente fue por la exclusión de la población celular con membranas no absorbibles, pero hoy más significativamente la utilización de moléculas reguladoras, que permiten emitir señales a receptores específicos de transducción celular (p38) para expresar proteínas morfogenéticas o los factores de crecimiento mitogénicos y morfogénicos. Por lo que es necesario aplicar todo el conocimiento científico para reescribir las reglas de la regeneración y configurar la bioingeniería periodontal.

El biomimetismo periodontal con proteínas derivadas de la matriz del esmalte (Emdogain), la obtención de plasma autólogo rico en factores de crecimiento o los mismos factores recombinantes derivados de plaquetas (rhPDGF-BB), la matriz resorbible de hueso sintético (β-tricalcium phosphate, β-TCP), y los péptidos de enlace (Pep-Gen-P-15) son ejemplos de la gran necesidad de mantener nuestra atención en la odontología genómica y proteómica, pero sin perder de vista las bases bioéticas, la GEN-ética.

Avances recientes en terapia génica ofrece las ventajas de liberar proteínas recombinantes a los tejidos para extender la viabilidad de los injertos, y la transferencia de genes promete ser la alternativa del tratamiento estratégico para liberar proteínas (BMPs) para la regeneración del periodonto, pero estemos atentos de lo que seguirá.

La ingeniería plástica periodontal también incorpora injertos dermo-celulares (Alloderm) y próximamente encontraremos células viables como los fibroblastos autólogos cultivados (ACF o ACS) o los sustitutos dérmicos derivados de fibroblastos (FDDS).

La Odontología en el siglo XXI ya no es solo el arte para tallar dientes, sino la ciencia para conservarlos, ¡pero no en un frasco o en una cajita! sino en donde verdaderamente valen y sirven; en la boca de los pacientes. Es por eso que debemos recordar que ningún injerto o tejido neoformado será más resistente al tejido que se perdió. Ni los implantes deberán ser la mejor opción para perder dientes, porque un diente vale más que un implante. (Aforismo 13)

A final de cuentas, La Periodontología Contemporánea forma periodontólogos y no debemos caer en corregir secuelas de manera sofisticada cuando sabemos que todas las bolsas de 7mm. o más algún día fueron de 3mm. o menos. (Mi Aforismo No. 7)

Ciudad de México D.F. a 6 de julio, 2004

Agustín Zerón* Endo-Periodontólogo www.periodontologia.com

Profesor Merito Universitario (UNAM XXV Aniversario 2004)
Condecoración Merito Docente (Universidad del Ejército y Fuerza Aérea 1997)
Cum Laude Asociación Dental Mexicana (1999 )
Ex Presidente Asociación Mexicana de Periodontología (1988-1990)
Ex Presidente Asociación Dental del D.F. (1994-1996)
Ex Presidente Internacional Collage of Dentists (2001-2003)
Vicepresidente Asociación Dental Mexicana (2003-2005)

Referencias
Carranza F.A, Shklar G. History of Periodontology. 2003 Quintessence Pub.
Lodish H. Molecular Cell Biology. 4. ed. 2003 Panamericana.
Linch SE, Genco RJ. Marx RE. Tissue Engineering, Aplications in Maxilofacial Surgery and Periodontics. Quintessence Publishing Co. Inc. 1999.
Zerón A. Aforismos axiomas y postulados. Rev. ADM. Vol LVI No. 5 1999. 204-208.

PERIOSTROIKA, La Odontología del Futuro

LA ODONTOLOGÍA DEL FUTURO
“Visión de Hoy, Realidad de Mañana”

Por AGUSTIN ZERON

Muchos son los distanciamientos que han venido ocurriendo desde los conceptos originales a los nuevos conocimientos adquiridos. De lo que aprendimos en la escuela a lo que ahora hacemos en nuestra vida. De lo que creíamos, a lo que hoy comprendemos. Cambiar teorías, postulados, modificar axiomas, leyes, etc. Todo es una evolución, la misma evolución que como hombres hemos aprendido en el pequeño espacio que nos corresponde para crecer y ser.

La verdadera riqueza debe encontrarse en el hombre y en el desarrollo de su capacidad para descubrir, asombrarse y crear, mencionó alguna vez el científico alemán Alexander von Humbold.

Nuestra evolución trae consigo nuevas visiones, nuevos caminos, y por lo tanto nuevos horizontes. Tan solo ayer al hombre le daba miedo lanzar sus carabelas a la mar, hoy podemos ser testigos presénciales de viajes en colosales naves que llegan a espacios cósmicos alguna vez soñados o a microscópicos espacios propios de la proteómica o la nanotecnología.

Estamos en el inicio de un nuevo milenio y ello hace coincidir con el desarrollo de nuevos paradigmas, nuevas filosofías, mayores horizontes. Al igual que es común hacer una lista de propósitos o buenas intenciones, como las que hacemos al final o en el inicio de cada año. Así sería conveniente que revisáramos hoy nuestra lista de nuevas ambiciones.

Resulta lógico observar que al inicio de los últimos siglos el hombre logra avanzar en sus proezas, en sus logros, en su visión. Muchos de los hombres y las mujeres que han logrado trascender las fronteras de conocimiento y de la inventiva racional, han sido quienes nacen en un siglo donde toman su marco de referencia y florecen en su madurez cuando el siglo siguiente, la nueva época es testigo de sus aportaciones, que muchas de ellas han sido hitos o han cambiado el mismo curso de la historia y el advenimiento de nuevas eras.
En esta época recombinada de noticias que llevan a nuestra mente a escenarios donde se discute la cooperación internacional por la paz, el desarme nuclear, así como el control de armas químicas y biológicas en aras de la seguridad mundial. En torno a la biología encontramos también noticias científicas con diversos argumentos y puntos de vista en torno a la clonación con fines reproductivos o la visión médica de la clonación a través de células madre y uso de blastocistos (blastocyst) con fines terapéuticos.

No sería extraño entonces enredarnos con la íntima relación entre los principios bioéticos de la medicina contemporánea y los avances en física atómica y mecánica cuántica para discutir la anunciada teleportación de fotones y su relación con la clonación.


La odontología del Siglo XXI es la visión de hoy con una realidad del mañana, de lo que alguna vez nos imaginamos, idealizamos o soñamos es hoy nuestra realidad. La odontología contemporánea no es una abstracción del futurismo idealista porque a ciencia cierta sabemos que el mañana inició hoy.

Así entonces acogiéndose a las aras para seguir trabajando en nuestro mundo de cuatro paredes, donde tomamos decisiones entre los materiales dentales recientes que habrá que implementar para guardar en un cajón a la centenaria amalgama, y buscar materiales dentales que puedan ofrecer resultados estéticos más impactantes a nuestros ojos y a los de nuestros pacientes, tal como son los composites microhíbridos, de relleno cerámico o los componeros o porcelanas de alta fusión que enmarcan la era de la cosmética dental. Y esto no es solo una moda o una mera coincidencia tecnológica. Es el resultado de la visión que en materia de prevención se desarrolló hace más de treinta años y ahora se refleja con un perfil de práctica odontológica cada vez menos invasiva.

También en aras de la biología molecular la odontología dejó atrás la era del parodontauro (sacar dientes flojos y cortar encías) y la era periodontozóica (abrir colgajos y rellenar defectos óseos) para llegar a la nueva era de la Periodontología Contemporánea donde buscamos “que ponerle” a los tejidos afectados para indexarle a las células que participan en la cicatrización uno que otro factor de crecimiento (PDGF-A), o proteínas morfogenéticas (BMP2, BMP12), o el uso de biomateriales combinados con aminoácidos o péptidos de enlace como eslabones para la regeneración tisular que puedan aplicarse hoy en día a nuestra práctica con los más recientes productos provenientes de la biotecnología o ingeniería tisular activa.

Pero para desarrollar una mejor odontología no bastará con sentarse y esperar a ver las nuevas tecnologías que nos ofrecen una práctica clínica más ergonómica o sofisticada.

Los grandes avances que la humanidad ha logrado revelar a la luz de nuestro conocimiento han sido solo para su mejor comprensión y desarrollo. Ahora nosotros como protagonistas del nuevo siglo en nuestro ámbito profesional, académico, científico o simplemente en un espacio clínico, nos corresponde tener la visión de lo que debemos ser como odontólogos del nuevo milenio.

Tener visión no es solo la acción y efecto de ver bien, tener visión es saber ver a donde vamos. Es saber tomar decisiones inteligentes para determinar cual es el mejor camino para llegar a un destino. Tener visión es saber definir con un conocimiento claro nuestra imaginación o intelecto, ya que si no hacemos el camino, seremos simplemente parte del camino.

En una analogía compacta bastaría hacer referencia de algunos hombres visionarios que con su capacidad e ingenio fueron piedras angulares para levantar columnas y abrir puertas que hoy nos permiten contemplar hechos reales que antes eran inimaginables:
Antön van Leeuwenhoek (1632-1723) es quién con su inventiva y agudo empeño logra fabricar con lentes de aumento el primer microscopio (1683) para ver formas de vida nunca antes vistas, “los animanúculos”. Es un hecho que las primeras bacterias observadas fueron las de la propia boca de Leenwenhoek, y con ello dejar ver a futuro importantes aportaciones a la humanidad como las de Louis Pasteur (1822-1895) y Robert Koch (1845-1910). Hasta las recientes vistas ultraestructurales de una célula o los potentes microscopios de barrido que han sido base de la nanociencia y nanotecnología.

MACRO (mm) Una hormiga = 1 cm. 10-2 m
MICRO (μm) Una célula = 20 micrómetros 10-6 m
NANO (nm) Un ribosoma = 25 nanómetros
NANO Un nanómetro = .000,000,000,10m 10-9 m
NANO (nm3) Un nanómetro cúbico = aprox. 258 átomos de carbono
Un nanómetro = una millonésima parte de un milímetro o la billonésima parte de un metro. Es aproximadamente diez mil veces más delgado que el diámetro de un cabello humano y unas cuatro veces más ancho que un átomo.

Wilhelm Conrad Röntgen (1845-1923) quién con su descubrimiento de los “Rayos X” dio a la humanidad una visión distinta de nuestro cuerpo. Tal es el caso, para que un médico pueda tener una visión más clara de lo que afecta a su enfermo. El descubrimiento de Röntgen ha evolucionado para permitirnos ahora tener imágenes a través de radiovisiógrafos o tomografías axiales computarizadas que nos permiten ser no solo más asertivos en el diagnóstico, sino en la planeación del acto quirúrgico con imágenes y hasta modelos tridimensionales.

Y de regreso a nuestro contexto nacional, y contemporáneo. Donde se siguen abriendo escuelas de odontología, y en resultante se continúa formando profesionistas “prácticos” (cirujanos dentistas, licenciados en odontología, médicos estomatólogos, etc.) ya que no se han tomado las medidas institucionales para modificar la dolorosa clasificación (RVOE, Acuerdo 279, Diario Oficial, 10/07/2000) donde se incluye a la carrera de odontología dentro del rubro de programas prácticos, al nivel que tienen carreras como enfermería, trabajo social, optometría, etc.

Sin demérito de quién posee las aptitudes y una alta sensibilidad en el desarrollo de su práctica profesional ¿Qué es más importante HOY en este siglo XXI; un profesionista científico, o un dentista artístico? ¿Buscar los mejor materiales para remplazar los dientes perdidos? O ¿encontrar las mejores alternativas para tener un paciente informado, con sus dientes naturales?


¿Conservar los dientes en la boca del paciente o conservarlos en una cajita, con todo y su corona de porcelana?

Como profesionales de la Odontología, somos verdaderos protagonistas del futuro inmediato y responsables del futuro lejano. Podemos y debemos intuir la necesidad de general una nueva visión sobre nuestra “práctica” odontológica. Por lo tanto, es necesario promover una serie de ejercicios por hacer, por emprender como académicos, como profesionistas responsables o como simple estudiosos de nuestro tema.

Particularmente como odontólogos no podemos permanecer enclavados en pensamientos dogmáticos ni pragmáticos. Debemos evolucionar al conocimiento científico. El mismo Albert Einstein decía; "La locura es la esperanza de lograr resultados diferentes mientras se continúa haciendo las mismas cosas".

La llamada “Odontología Moderna” surgió cuando Pierre Fauchard en 1723 con su épica obra “Le chirugien dentiste, ou, traité des dents” rompió con la imagen de los espontáneos barberos y charlatanes para emerger el titulo que de manera secular seguimos portando en nuestro título profesional, Cirujano Dentista, o simple “C.D.” (Casi Doctor) o llanamente DENTISTA. El “oculista” ahora es oftalmólogo, el “anestesista” ahora es anestesiólogo ¿Por qué no hoy nosotros debamos ser al menos un Odontólogo o Médico Estomatólogo? ¡Si es que ya hemos evolucionado!

De los doctores merolicos y la dentistería del siglo XIX y en el mismo siglo XX, gran parte de la práctica fue desarrollada de manera artística, por no llamarla peyorativamente empírica. Pero la odontología del siglo XXI debe alejarse del empirismo, del tratamiento anecdótico o de la “odontología basada en la experiencia” o “práctica dental basada en la existencia”.

La sola experiencia sin la menor evidencia nos puede llevar a cometer el mismo error una y otra vez repetirlo con mayor seguridad. Por lo tanto, la Odontología del Siglo XXI debe ser fundamentalmente científica, pero sin perder las columnas de la sensibilidad, la empatía, el humanismo y los principios bioéticos.

La odontología basada en la evidencia (OBE) es la nueva guía profesional que determina la validez de múltiples resultados de la investigación científica y la manera en que pueden aplicarse a la práctica clínica tomando decisiones inteligentes, no acciones empíricas ni anecdóticas. Lamentablemente el apartarnos de este principio fundamental nos ha llevado a que la carrera de Odontología, aún en nuestro tiempo, siga siendo considerada como una carrera “práctica” al nivel similar de la carrera de enfermería o trabajo social, y no una carrera científica como lo es Medicina, Biología, Agronomía, etc.

Es por eso que los planes curriculares o las mismas formas de tratamiento del siglo XXI no pueden permanecer con la misma filosofía o viejo paradigma de cuando fueron creados, ni deben prevalecer enclavados en nuestra mente basados solo en la anecdótica conferencia magistral o en una clase preceptoral.

El odontólogo del siglo XXI debe por fin ser el médico de la boca, el profesor de los enfermos, el maestro en la motivación, sin miedo ser un verdadero DOCTOR (Del lat. doctor, -ōris, docens, -entis, part. act. de docēre, enseñar)...


LIMITADO
1. 1 x 4 = Pecado por omisión y comisión
2. Presupuestos gratis
3. La profilaxis NO es para todos
4. Cepillado tres veces al día
5. Visitas cada seis meses

ACERTADO
1. 1 x 4 = Sonda, espejo, explorador y pinzas
2. Desarrollar diagnósticos y asignar pronósticos
3. Tratamiento periodontal planeado
4. Prevención solo funciona con educación
5. Visitas de acuerdo al perfil de cada paciente


En el siglo XXI la Odontología Preventiva no puede ser solo una asignatura más, debe ser el perfil del profesional que busca ofrecer una medicina oral predictiva. Prevención ya no es por lo tanto aplicar flúor, poner selladores y profilaxis cada seis meses, para cada seis años el paciente pierda seis dientes más. Por lo tanto, no debemos esperar que en el futuro los dientes sean remplazados por implantes o por transplantes clonados con un idealismo por ganar una tercera dentición, ¡la tercera es la vencida!

No obstante los avances biotecnológicos de hoy, a la implantología no podemos hacerla ciencia cuando en los principios se enclavan solo intereses comerciales que caen en una implantomanía. No se puede hacer ciencia de un tipo de procedimientos cuando la esencia de un tratamiento profesional debe ser la preservación: (Del lat. praeservāre). Proteger, resguardar anticipadamente a una persona, animal o cosa, de algún daño o peligro.

Prevención es el acto de pre-ver, saber predecir lo que puede ocurrir y anticiparse a los hechos y actuar con un razonamiento ético, es la actitud de preservar lo único que Dios nos da dos veces.

Cuando era inminente que se aproximaba el final de un siglo XX, parecía que el mundo giraba más vertiginosamente en espera del tercer milenio, y los hechos lo constataban. Ya se había visto como se entibiaba una guerra fría, se demolían muros de piedra y se levantaban cortinas de hierro al igual que se removían monumentos de plazas rojas. Eran las señales que el mundo se preparaba para el cambio. Se iniciaba también la era de la PERIOSTROIKA, los cambios de la Odontología a partir de los principios de la Periodontología.
La odontología del siglo XXI es el arte para conservar pacientes, pero en mucho más, es la ciencia para conservar los dientes de los pacientes.
El nuevo paradigma en Odontología del Siglo XXI es:

Destrucción mínima, prevención máxima
Mínima invasión, máxima preservación
Intervención mínima, preservación máxima
¡Prevención de la Extensión!


Es por eso que ahora sería absurdo imaginarse el futuro con un “dentista del siglo XXI” preparando cavidades de pisos planos y paredes paralelas con un innovador sistema de láser YAG-er o YSGG. O simplemente haciendo extracciones de viejos restos radiculares con un futurista equipo de radiación ionizante administrada con bio-nanotecnología, o tratando abscesos con microchips farmacogenéticos en bacterias de Troya.

Por lo tanto la odontología del futuro no se puede ver simplemente trabajando en sillones espaciales con botones mágicos que automaticen nuestra inteligencia.


El futuro empezó Hoy

ELEMENTOS PARA EL CAMBIO

* Institucionales de Salud Pública

1. Fomentar la investigación de campo, trabajo clínico y medicina social

2. Realizar buenos estudios epidemiológicos para tazar la morbilidad y mortalidad de enfermedades bucales en México

3. Implementar programas de control de riesgos desde la población infantil en escuelas preescolares y primarias con seguimiento semestral

4. Desarrollar estrategias sencillas como una profilaxis mensual y secuencial a niños preescolares a través de pasantes en servicio social

5. Efectuar cincuenta y dos “Semanas de Salud Bucal” al año, y no solo una o dos

6. Implementar una Dirección General de Medicina Estomatológica

* Institucionales Académicas y Gremiales

1. Planear y regular la apertura (o cierre) de escuelas (licenciatura y postgrado) solo con evaluaciones de interés social, no personal o comercial y acreditar las existentes

2. Modificar y acreditar planes curriculares con suficiente contenido científico; (Vrgr. Medicina basada en evidencia, biología molecular y genómica) y contenido humanista (bioética y ética médica)

3. Unificar el nombre de la carrera y el titulo profesional con un perfil verdadero de vocación y empatía por la salud de los pacientes

4. Vincular al estudiante y egresado con el crecimiento y liderazgo profesional a través de los colegios de profesionistas y los institutos de postgrado

5. Promover certificación profesional y fomentar la práctica ética para convertir círculos viciosos de enfermedad en círculos virtuosos de salud

6. Instituir una Academia Mexicana de Ciencias Odontológicas

Cambio y unificación en la terminología
Códigos de procedimientos
Códigos de ética
Glosario de términos


* Profesionales

1. Usar una sonda periodontal en todos los pacientes

2. Tomar actitud de cambio y aptitud de conocimientos

3. Diagnosticar de manera integral (interdisciplinaria no multidisciplinaria)

4. Educar e informar al paciente de manera puntual

5. Tratar con evidencia científica y referir a especialistas (no ser odontotodólogo)

6. Ser un odontólogo proactivo

Un Odontólogo Proactivo

.- Debe actuar anticipándose a las consecuencias y controlarlas: actuar para evitar el mal y producir un bien
.- Debe potencializar la elevación de la calidad de vida no solo de sus pacientes sino también de su propia calidad y autoestima
.- En el servicio proactivo intervienen varios factores: La visión para tomar una actitud de cambio y la misión para adoptar una aptitud profesional bioética
.- La actualización de sus conocimientos y la misión para educar a sus pacientes.



"La Arqueología es la única ciencia cuyo futuro siempre estará en ruinas…

La Odontología es la ciencia con la suficiente influencia para determinar su futuro"


Agustín Zerón
Noviembre 2004, www.ICD.org